Este equipo es una locura: con un enorme Achi Coria y la guía del Hechícero Ojeda le ganó en los penales a un durísimo Jockey y se metió en la final
«Estamos enfermemos. Perdonennos». El tema Fuego del gran Pity Alvárez le cae como anillo al dedo a este equipo de Alemán. Al equipo y al club. Hay una enfermedad imposible de explicar pero que se palpa en el ambiente. Afuera de la cancha, con esa gran familia que alienta y se come los codos de los nervios. Familiares, jugadores de inferiores y de otros deportes, amigos. Están todos. Adentro, con este equipo de hombres que dejan la vida por los colores. Aunque suene trillado. Lo ganaba gracias a esa dupla retro de Coria-Valencia. Inagotables, inextingibles. Pase del 9, perla del 8 y a cobrar. Y el resultado estaba bien, pero faltaba todo. Por eso era fundamental aguantar el resultado. Pero Jockey tiene a esa bestia que es Domenech, quién empató a la salida de un corto. En la mitad de la cancha, un enorme Luciano Coria se devoró la cancha y jugó por Luciano, por Achi y por Sapo. Tres en uno, corazón de león. Otra vez claves Chapa Ojeda y Carli Nicito, conducción, panorama y claridad más el aporte que brindan absolutamente todos. Nadie es titular según Caicedo y así lo demuestra con la rotación. Cuando pasaba poco, los cordobeses se pusieron en ventaja pero el equipo no renunció y otra vez Ojeda(cuándo no) marcó el empate de corto. Alemán lo fue a buscar con el poco resto que le quedaba y nuevamente el 13(¿Yeta yo?) inventó una perlita para el 3 a 2. En el epílogo, nuevamente ese tal Domenech igualó para ir a los penales. Afuera no quedaban uñas. Pero apareció un gigante Nico Sedano para vestirse de héroe y calmar las cosas tapando dos penales. Ojeda, Gudi, Toti y Clement(casualmente todos recién llegados después de jugar afuera) marcaron para desatar una locura interminable.
Estamos en la final. Queda un pasito, nada más. ¿Cómo no soñar con éstos pibes?