Aunque parezcan dos personas diferentes, Juanma Moreno es el mismo jugador que la rompe en el fútbol de salón y en hóckey sobre césped: «Un goleador tiene que meterla y ser tribunero». Radiografía de un crack en potencia.
No es David y Golliat. Tampoco David y Goleá. Es el Golea, como lo conocen todos en los pasillos del club. El apodo salta por decantación: Juanma Moreno es un romperedes en potencia, con la pelota en el pie o con el stick en las manos. Insaciable nueve del área, una de las joyitas del club divide sus tiempos entre sus dos pasiones: el fútbol de salón y el hóckey sobre césped, siempre claro, adentro del área: «Arranqué primero en fútbol, a los 4 años, con Walter Morelli, a quién aprecio mucho. Luego tuve un paso fugaz por el pasto con Dante Pralong, hasta que hace 3 años me invitaron al hóckey, y acá estoy». El pibe lo dice como si fuese fácil. Y así divide sus días con las canchas que tiene a poco metros de distancia, aunque a la hora de decidir su preferencia, gambetea la pregunta como cuando juega: «Uff que difícil la verdad, me encantan los dos, por eso los hago». El Negro se ríe en cada pregunta, con la complicidad de su juventud, y no es la expeción cuando debe responder sobre su apodo: «Me dicen así porque en fútbol de salón hacía muchos goles, quedó tan marcado, que a mi hermano le dicen minigolea». Se ve que el tema de romper redes es algo del ADN familiar. y el pibe se hace cargo de su rol dentro del campo y también afuera: «un goleador debe meterla y ser tribunero. Es clave festejar los tantos con la gente y siempre, pero siempre, gritar cada gol».
Con apenas 16 años y un futuro enorme por delante, Moreno sigue indeciso a la hora de decidir: «Hace 3 años que juego a ambos y los dos me encantan. Nose que haré el año que viene» Sea cual sea su decisión, los goles quedarán en nuestro club.